venerdì 1 febbraio 2019




La Catedral antigua

Su construcción inició en 1607, pero aún hoy ignoramos quién fue el autor del proyecto. Sin embargo, estamos seguros de que los trabajos fueron dirigidos por el arquitecto palermitano Giuseppe Gasdia a partir de 1615. En los documentos de los archivos del municipio, que sobrevivieron a la destrucción provocada por distintos conflictos bélicos, se encuentran pruebas del suministro de los bloques de piedra que embellecen arcos, pilares, cornisas y ventanales, todos esculpidos por Salvatore Lo Servo y otros maestros que se subsiguieron en las primeras tres décadas del siglo XVII. En cambio se remonta a 1622 el suministro de los bloques de piedra de Siracusa de la cornisa externa, embellecida con elegantes capiteles corintios, algunos de los cuales representan el águila entre dos grifones con un perro en las garras, fiel reproducción de un capitel descrito en la Tabla XXX del famoso tratado de arquitectura de JacopoBarozzi deVignola (1562).

El zodiaco, la meridiana y la escultura en mármol que representa la Virgen María, dan mayor esplendor a la fachada principal de la Catedral sobre la cual destacan los restos del campanario.

Los primeros oficios religiosos se celebraron en 1616, cuando el edificio aún no estaba terminado. En 1860 con motivo de una de las guerras para la unificación de Italia, por entonces dividida en pequeños Estados, la Catedral se transforma en un cuartel. Fue profanada y sometida a innumerables actos vandálicos iniciados por los militares a los cuales siguieron los de los propios habitantes de Milazzo. Mármoles y pavimentos fueron arrancados y saqueados, mientras que las decoraciones en madera fueron destruidas. Solo se salvaron los cuadros y los elementos de plata, trasladados por los sacerdotes a las otras iglesias en julio de 1860. La única excepción la constituyó el cuadro del “Nacimiento”, aún en su lugar en 1914, que se salvó porque se encontraba al fondo de la iglesia a muchos metros de altura. Los daños no cesaron tampoco en el siglo XX. Durante la Primera Guerra Mundial, la Catedral se transforma de nuevo en un cuartel y en prisión para los oficiales austro-húngaros. Los daños esta vez comportaron la destrucción del Oratorio del Santísimo Sacramento ubicado bajo la Iglesia.

La construcción sobrevivió a la Segunda Guerra mundial y el edificio, abandonado y en estado de degrado, fue restaurado en 1999.

 






Extracto de las actas de la sesión del Ayuntamiento de Milazzo del 25 de julio de 1607 en la cual se decide construir una nueva Catedral, financiando su construcción con los recursos provenientes de la indemnización de la vieja catedral que se encontraba al interior del baluarte de Santa María, expropiada por el Estado por exigencias militares (archivo histórico de la Ciudad de Milazzo)
 

 
 
Interior de la Catedral alrededor de 1930. Al fondo de la iglesia la “macchinetta”  de madera que enmarcaba el cuadro del Nacimiento (archivo de la Superintendencia de Messina)


 
 
  
 
 
 
Armarios de la Sacristía destrozados, hacia 1930 (archivo de la Superintendencia de Messina):
 
 
 
 

Exterior de la Catedral, alrededor de 1925 (archivo del doctor Giuseppe Bucca - Milazzo):